Su club lo desperdicia y América lo salvaría fichándolo, Jardine lo desea

Muchos jugadores necesitan en ciertas ocasiones salir a probar nuevos aires y ahí descubrir su verdadero talento, como el arquero mexicano y orgullosamente formado en las Fuerzas Básicas del América, Fernando Tapia, quien se fue muy temprano del nido rumbo al Club Querétaro para ver si corría con más suerte que con el Ave.

Más noticias del fútbol mexicano:

Se perdió la ida y el duro golpe de la prensa inglesa a Edson Álvarez, nadie lo pensó

Afortunadamente, su marcha de Coapa fue lo mejor que pudo hacer, ya que con los Gallos Blancos, el arquero de apenas 22 años de edad, no sólo alzó su nivel, sino que fue puesto como uno de los mejores arqueros del fútbol mexicano, incluso hace poco se ganó su primera convocatoria a la Selección Mexicana de la Categoría Sub-23, en la cual también es titular.

Gran parte de este repunte de nivel ha sido gracias a que su entrenador, Mauro Gerk le ha dado la oportunidad y confianza de arquerear, sin embargo, los Gallos a pesar de esto siguen siendo uno de los equipos más endebles, por lo que varios acusan que el guardameta mexicano está desaprovechando su talento en el club queretano que tiene siempre muy pocas aspiraciones.

No obstante, a Tapia se le presentaría una gran oportunidad de futuro y es que el entrenador brasileño, André Jardine, ha dejado en claro que quiere competencia en todas sus líneas y lamentablemente, en la portería Luis Ángel Malagón es el único guardavallas que compite bajo los tres palos.

¿El América lo podría traer de vuelta?

Si bien es cierto en estos momentos, Fernando está feliz con el cuadro queretano, no hay mejor noticia para el que poder regresar al club de sus amores y ahora, según varias informaciones apuntan que el América buscaría ficharlo para que Malagón ahora sí tenga una competencia seria y no sólo eso, sino que la carga de partidos también le baje al actual arquero azulcrema.

Más noticias del fútbol mexicano:

Regresó de Europa y ya sorprendió a Jardine en Coapa, ni Dilrosun lo convence tanto