Gerardo Torrado defiende su gestión en selección nacional a pesar de las críticas

Gerardo Torrado, quien ocupó el cargo de director de selecciones nacionales en el fútbol mexicano, ha salido a la palestra para hablar sobre su gestión al frente del tricolor y defender su papel en el desempeño del equipo. En una entrevista con WRadio, Torrado destacó los logros alcanzados durante su mandato y dejó claro que no se considera responsable de ciertos problemas que surgieron después de su partida.

Una de las afirmaciones más destacadas de Torrado fue su insistencia en que él fue quien "calificó a la Selección al Mundial". Además, señaló que no tuvo injerencia en las decisiones posteriores, como la no clasificación a los Juegos Olímpicos y la ausencia en el mundial femenil. Estas declaraciones arrojan luz sobre la complejidad de la gestión deportiva, donde las responsabilidades y las decisiones se comparten entre varios actores.

Torrado no se limitó a defender su legado; también destacó los éxitos que se lograron bajo su dirección. Mencionó con orgullo la conquista de una medalla olímpica y el buen desempeño de las categorías juveniles. Su énfasis en la importancia de la continuidad y el crecimiento del fútbol mexicano se hizo evidente al mencionar que aún se siguen implementando prácticas que él inició durante su gestión.

El exdirector de selecciones nacionales también hizo hincapié en la importancia de dejar una estructura sólida para el desarrollo continuo del fútbol mexicano. Durante su mandato, se centró en brindar oportunidades a los jóvenes talentos y en aprender aspectos administrativos que contribuyeran al éxito del equipo.

¡Su legado va más allá de lo logrado en Juegos Olímpicos!

A pesar de que su tiempo al mando llegó a su fin, Gerardo Torrado no se lamenta y considera que dejó un legado positivo. Su enfoque en la formación de jugadores jóvenes, su contribución al éxito en competencias internacionales y su énfasis en la continuidad de las prácticas exitosas demuestran su compromiso con el fútbol mexicano.

En última instancia, la gestión de Torrado al frente de la selección nacional es un recordatorio de la complejidad de dirigir un equipo nacional. Sus palabras resaltan la importancia de separar las responsabilidades y reconocer que, en el deporte, las decisiones y los resultados son el resultado de un esfuerzo colectivo. Aunque su tiempo como director de selecciones nacionales ha llegado a su fin, su legado perdurará en las estructuras y prácticas que dejó atrás para el beneficio del fútbol mexicano.